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La vitamina E es un nutriente esencial que desempeña un papel importante en muchas funciones corporales importantes, incluidas la protección de las células del daño, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la mejora de la salud cardiovascular.
La vitamina E es un grupo de ocho compuestos liposolubles que se encuentran en una variedad de alimentos. Estos compuestos, conocidos como tocoferoles y tocotrienoles, son antioxidantes, lo que significa que ayudan a proteger las células del daño causado por moléculas dañinas llamadas radicales libres. Los radicales libres se producen durante el metabolismo normal y también pueden ser producidos por la exposición a factores ambientales como la contaminación y el humo del tabaco.
Las mejores fuentes de vitamina E incluyen:
Aceites vegetales: El aceite de oliva, el aceite de girasol, el aceite de soja y el aceite de canola son buenas fuentes de vitamina E.
Nueces y semillas: Las almendras, las avellanas, las semillas de girasol y las semillas de calabaza son ricas en vitamina E.
Aceites de semillas: El aceite de germen de trigo y el aceite de palma también son buenas fuentes de vitamina E.
Verduras: Las verduras de hoja verde como las espinacas y la col rizada son buenas fuentes de vitamina E.
Frutas: Los aguacates, el kiwi y los mangos también son buenas fuentes de vitamina E.
Recomendaciones de ingesta
La ingesta diaria recomendada (RDI) de vitamina E para adultos es de 15 miligramos (mg) para hombres y 12 mg para mujeres. Las mujeres embarazadas necesitan 19 mg de vitamina E por día y las mujeres en periodo de lactancia necesitan 15 mg por día.
La vitamina E se ha relacionado con una serie de beneficios para la salud, que incluyen:
Reducción del riesgo de enfermedades cardíacas: La vitamina E puede ayudar a proteger el colesterol LDL (malo) de la oxidación, que es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardíacas.
Reducción del riesgo de accidente cerebrovascular: La vitamina E también puede ayudar a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular.
Mejora de la función cognitiva: La vitamina E puede ayudar a mejorar la función cognitiva, como la memoria y el pensamiento.
Reducción del riesgo de ciertos tipos de cáncer: Algunos estudios han sugerido que la vitamina E puede ayudar a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de próstata y el cáncer de pulmón.
Propiedades antienvejecimiento: La vitamina E también puede tener propiedades antienvejecimiento, ayudando a proteger la piel del daño y el envejecimiento prematuro.
Efectos secundarios de la vitamina E
En general, la vitamina E es segura para la mayoría de las personas. Sin embargo, tomar dosis altas de suplementos de vitamina E puede provocar efectos secundarios, como:
Sangrado: La vitamina E puede diluir la sangre, lo que puede aumentar el riesgo de sangrado.
Problemas gastrointestinales: La vitamina E puede causar malestar estomacal, náuseas y diarrea.
Dolor de cabeza: La vitamina E también puede causar dolores de cabeza.
Es importante hablar con su médico antes de tomar suplementos de vitamina E, especialmente si está embarazada, amamantando o tomando algún medicamento.
La vitamina E es un nutriente importante que desempeña un papel en muchas funciones corporales importantes. La mayoría de las personas pueden obtener suficiente vitamina E de su dieta, pero algunas personas pueden necesitar tomar suplementos. Habla con tu médico sobre la cantidad adecuada de vitamina E para ti.
